Capítulo 37 Una chef sin cobrar

No obstante, lo que Yohanna no esperaba era que Reinaldo desafiara las ordenes de Israel cuando este intentó hacer que Chiara se fuera. —Me parece más probable que Moisés no te necesite a ti ahora mismo —pronunció con frialdad mientras lanzaba una mirada desdeñosa a Israel. Le estaba dando pistas para que retirase sus palabras—. Creo que lo que ha dicho la Srta. Arévalo es perfectamente correcto. Mírate; ¿crees que tienes pinta de ser su padre? Bebiste tanto; ¿dónde estabas tú cuando Moisés cayó por las escaleras? Es probable que estuvieras dormido como un tronco después de emborracharte, ¿verdad? Qué descuidado por tu parte. —Reinaldo no dudó en sermonearle delante de Chiara.