Capítulo 54 ¡Jamás! eres mía
Ethan no perdió tiempo y comenzó a lamer suavemente su ano, mientras deslizaba un dedo dentro de ella en su coño, haciendo que Dylan gimiera de placer. Su lengua seguía explorando su ano, succionando y lamiendo cada rincón, mientras sus dedos se movían dentro de ella, acariciando su punto más sensible.
Dylan sentía como si estuviera en el paraíso, entregándose completamente al placer que su hermano le estaba dando. No podía evitar mover sus caderas al ritmo de los movimientos de su mano, sintiendo cómo su orgasmo se acercaba.
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