Madeline sintió que Noah era demasiado confiado. Tampoco estaba segura de si él intentaba tomarle el pelo, así que no dijo nada y se agarró de su brazo mientras éste la conducía al interior de la residencia Quincy.
La era enorme. Estaba decorada con pequeñas luces. También se podían ver mascotas disfrazadas paseando e interactuando con los invitados. Todo parecía sacado de un cuento.
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