Capítulo 20 Hospital
Al estar detenidos en el camino a la salida principal, aún con la esposa herida en brazos entre los forcejeos y su terquedad porque le dejase andar por su cuenta, había terminado con la pierna más lesionada.
El médico le advirtió que había tenido que suturar, es decir, había dado puntadas para cerrar la herida, en el ajetreo del día y parte de la velada nocturna yendo de un lado hacia otro, sus puntadas se habían roto. Ella lo único que necesitaba era descanso.
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