Capítulo 122
La pequeña Marypaz llegó dormida a la hacienda. Juan Andrés la observó con ternura, la sacó con delicadeza del auto, la cargó, sintió una sensación agradable cuando la bebé recargó su cabeza en su pecho, él inhaló el dulce aroma de ella, y suspiró profundo guardando en su mente y en su corazón la fragancia tan sutil de su hija.
—Eres tan linda, un ángel —susurró.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread