Capítulo 49 Si he de morir: que sea amándote
De inmediato tomaron asiento en unas sillas de plástico, Andrés miraba a su alrededor, no muy convencido, entonces una señora de contextura gruesa se acercó a ellos, y les ofreció la especialidad de la casa, pescado frito, patacones, ensalada.
—Yo quiero un plato de esos —dijo de inmediato Paula. Miró a Juan Andrés indeciso—. Te va a gustar, pruébalo.
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