Capítulo 2 ¡Te vas a arrepentir!

Luciana abrió sus ojos de par en par, se estremeció al escuchar esa historia. Abrazó con calidez a su amiga para darle consuelo. —Estamos peor que antes —resopló deglutiendo la saliva con dificultad—, aunque existe una posibilidad, si trabajaras conmigo, podrías reunir con mayor rapidez esa cantidad —propuso la joven—, esta noche uno de los clientes dará una gran fiesta, ha pedido una dama de compañía. —Miró de pies a cabeza a Paula—, con un vestido elegante, algo de maquillaje, unos tacones, no quedarás mal, además no tienes que acostarte con él, no es obligatorio —indicó—, el cliente del cual te hablo es muy lindo y no te obliga a lo que no quieres, pero es muy juguetón con sus manos, y te da unos besotes. —Suspiró profundo. Paula negó con la cabeza, y sus hermosos ojos marrones los abrió con amplitud. —No pienso convertirme en una prostituta, yo tengo dignidad —enfatizó y se puso de pie—, no creo que no te pidan sexo, esos hombres pagan por mujeres, es obvio que quieren algo más —gruñó, y caminó hasta la pequeña nevera y sacó una jarra con agua y se sirvió en un vaso. —La dignidad se esfuma con la necesidad, no pierdes nada si lo intentas esta noche, puedo hablar con mi jefe —mencionó Luciana—, te voy a mostrar al cliente. —Sacó su móvil del bolsillo de atrás de su pantalón y empezó a buscar imágenes en redes sociales, entonces le indicó a Paula—, es él. Paula miró las fotos de aquel hombre, era demasiado joven, muy atractivo, de mirada profunda y azulada, su cabello era claro, se le extrañó que alguien con esa presencia buscara damas de compañía. —Pensé que era un hombre de más edad —indicó. Luciana chasqueó la lengua. —Es un playboy, hijo de papi, su familia es muy adinerada, gasta el dinero de sus padres a manos llenas, organiza fastuosas fiestas —mencionó. Paula apretó los labios. —Qué afortunado —dijo con cinismo—, ese hombre no sabe lo que es tener necesidad, esa gente solo nace para gastar, y los que en realidad necesitamos dinero, no tenemos como conseguirlo —expresó con tristeza. —Por eso, piénsalo bien, el trabajo es sencillo. Paula volvió a mirar la imagen, era un hombre de unos veinte y cinco años, con unos ojos azules hermosos, la piel nacarada, las facciones finas, el cabello claro, parecía un príncipe, pero no sabía que había detrás de esa fachada, inspiró profundo y no dio respuesta. ***** En horas de la noche las luces robóticas iluminaban la elegante discoteca en la cual Juan Andrés Duque, hijo de uno de los hacendados cafeteros más importantes de la región, daba una fastuosa fiesta. Ingresó al salón caminando con su varonil presencia, sonrió con varias chicas, coqueteando con ellas. —Esta noche el licor y las chicas corren por mi cuenta —dijo el joven, y esperó con impaciencia la llegada de su acompañante, miraba su reloj a cada instante, entonces se sentó en la barra y pidió un whisky. Paula bajó del vehículo que la llevó hasta aquella discoteca, miró a todos esos elegantes hombres que no le quitaban la vista de encima y el estómago se le encogió. «¡No voy a poder con esto!» pensó, y entonces volteó para irse, no se atrevía a ingresar a ese lugar. —¿A dónde vas? —escuchó en la voz fuerte de un hombre, ella se erizó y detuvo el paso. —¿Eres el reemplazo de Luciana? —indagó. Paula se armó de valor, inhaló profundo, giró sobre sus talones, miró a aquel caballero. —Sí —respondió con la voz temblorosa. —Entonces ven —dijo el hombre. ***** «La dama de rojo by Chris de Burgh» empezó a sonar. Juan Andrés miraba hacia la puerta esperando a su acompañante, y de pronto luciendo un sensual y elegante vestido carmín, apareció una joven mujer de piel bronceada, y larga, brillante y lisa cabellera castaña, caminando por el salón, no era como las chicas que mandaba la agencia, esta tenía prominentes curvas, caderas anchas, muslos gruesos, senos abultados. La devoró con los ojos. —Una belleza exótica, tal como me la recomendó el doctor —pronunció Juan Andrés, la miró con descaro y se mojó los labios. Paula tropezó de nervios, al notar como la mirada de aquel hombre la desvistió. —Recuerda que es nuestro mejor cliente —susurró el sujeto que la acompañaba y le dio un ligero empujón. Paula se armó de valor, caminó en medio de la gente, llegó frente a él, y todo su ser tembló de nerviosismo. —Soy la dama de rojo, y seré tu compañera por esta noche —dijo ella con la voz suave, se aclaró la garganta, era como si las palabras no salieran de su boca. Lo miró a él, y era mucho más atractivo en persona, alto, fornido, elegante, con una sonrisa encantadora, y una mirada seductora. «¡Dios mío, ayúdame!» suplicó ella. —Lady in red —susurró él y la barrió con la vista—, me fascina el misterio. —La invitó a sentarse a su lado. —¿Qué vas a tomar, dama de rojo? —cuestionó con voz sensual. La chica se aclaró la garganta, la piel se le erizó, entrelazaba sus manos con nerviosismo. —Agua —solicitó. Juan Andrés soltó una carcajada, negó con la cabeza, alzó una de sus manos para llamar al mesero. —Un whisky en las rocas para mí, y una piña colada para la señorita —solicitó. —No, yo no bebo licor —dijo ella aclarándose la voz. —En el contrato decía claramente que debes hacer lo que yo pida —enfatizó y le guiñó un ojo—, y ahora que te veo en persona, podría doblar el precio, o triplicarlo si lo deseas —murmuró con voz ronca al oído de ella—, por pasar la noche conmigo —añadió. Paula sintió que toda su piel se erizó ante la atrevida propuesta de aquel hombre. Las mejillas se le sonrojaron y sus ojos se abrieron de golpe. —No soy una prostituta señor Duque —carraspeó, inhaló profundo—, me contrataron solo para hacerle compañía —rebatió aclarándose la voz. Juan Andrés ladeó los labios. —Qué solemne se oye eso de señor Duque, puedes llamarme Andrew —indicó—, ven vamos a bailar, imagino que a eso no te vas a negar. Paula asintió, entonces se acercaron a la pista, él colocó sus fuertes manos en la cintura de ella, y la chica sintió que se iba a desmayar de los nervios. «¿Por qué le hice caso a Luciana?» se reprochó, se sentía incómoda en brazos de él. —Abrázame —pidió él. —¿Es tu primera vez? —cuestionó arrugando el ceño. Paula asintió, se armó de valor y con timidez colocó sus brazos alrededor del cuello de él. Fue inevitable no inhalar aquella varonil y sofisticada fragancia que él desprendía, además su mirada era profunda, y no dejaba de observarla, y eso la hacía temblar de nerviosismo. Enseguida empezaron a moverse al ritmo lento de la melodía, y Paula comenzó a sentir los dedos de Juan Andrés recorriéndole la espalda. «¿Qué hace?» se cuestionó y empezó a tensarse, no le agradaba que la tocaran, no estaba acostumbrada, y de repente los dedos de él, apretaron uno de sus glúteos. Paula abrió sus ojos con sorpresa, la adrenalina se apoderó de su sangre, lo empujó con todas sus fuerzas y lo abofeteó estampando sus dedos en la mejilla de él, sin medir las consecuencias que eso podría ocasionar. —¡Atrevido! —gritó agitada. Juan Andrés se sobó la mejilla, la miró con profunda ira, sus amigos se carcajeaban. —¿Cómo te atreviste a tocarme? —rugió iracundo, la vena de su frente saltó, la tomó de los hombros y la zarandeó—, ninguna mujer hace esto. —Señaló su mejilla enrojecida con evidente molestia—, pondré una queja en la agencia, para que no te den trabajo nunca más, y no te pagaré esta noche, lárgate —ordenó a gritos. Paula se sacudió del agarre de él. —Claro que me voy —vociferó, sus profundos ojos oscuros se clavaron en los azules de él—, prefiero pedir limosna en la calle, que ser el juguete de un niño rico sin oficio, ni beneficio —gritó y salió de la discoteca a toda prisa. Juan Andrés rascó su cabeza al escucharla, apretó los puños. —¡Te vas a arrepentir! —sentencia respirando agitado—, aquí no ha pasado nada señores, que continúe la fiesta —ordenó. «Averiguaré quién eres, y me las pagarás, nadie se atreverá a abofetear a Juan Andrés Duque» **** Advertencias: Juan Andrés Duque es un personaje con muchos defectos, es arrogante, vanidosos, y cree que puede tener el mundo a sus pies, si no les agrada este tipo de historias, les recomiendo pasar por mis otros libros, es la primera vez que tendré un personaje tan oscuro de protagonista.
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Índice
Capítulo 1 Noticia Devastadora Capítulo 2 ¡Te vas a arrepentir! Capítulo 3 ¡Cruel venganza! Capítulo 4 ¡Encuentro desastroso! Capítulo 5 ¿En qué fallamos? Capítulo 6 Investigaciones Capítulo 7 La propuesta Capítulo 8 A un paso de la muerte Capítulo 9 Asegurando el futuro de Cristhopher Capítulo 10 El inicio del plan Capítulo 11 Preparativos de boda appCapítulo 12 La falsa boda appCapítulo 13 De principe a mendigo appCapítulo 14 ¿Quién eres realmente: Juan Andrés Duque? appCapítulo 15 Delirios y recuerdos appCapítulo 16 ¿Quién eres Paula Osorio? appCapítulo 17 Una tregua con el enemigo appCapítulo 18 ¡Voy a demostrar que puedo sobrevivir! appCapítulo 19 Nuevo especialista appCapítulo 20 ¿Un padre falso? appCapítulo 21 ¿Vender el alma al diablo? appCapítulo 22 ¿Renunciaré a mi vida de lujos por unos aparecidos? appCapítulo 23 ¡Papá llegaste! appCapítulo 24 Verdades ocultas appCapítulo 25 ¡Esa noche tuvo consecuencias! appCapítulo 26 Los días contados appCapítulo 27 Un beso inesperado appCapítulo 28 ¡Nunca se fijaría en alguien como yo! appCapítulo 29 Los muros empiezan a derribarse appCapítulo 30 ¡No podré borrar esa imagen de mi memoria! appCapítulo 31 Déjà vu appCapítulo 32 ¿Eres la madre de Cristhopher? appCapítulo 33 Dolorosa confesión appCapítulo 34 ¡Una mujer admirable! appCapítulo 35 Te devuelvo tu dinero appCapítulo 36 ¡Serás mía y te quedarás conmigo! appCapítulo 37 Sabor a fresa appCapítulo 38 ¡Paula no es una sirvienta! ¡Es mi esposa! appCapítulo 39 Paula, si tiene dignidad appCapítulo 40 ¡Me encanta el verdadero Juan Andrés! appCapítulo 41 ¡Está jugando con ambas! appCapítulo 42 Le contaré todo a Paula appCapítulo 43 Juan Andrés nos engaña a ambas appCapítulo 44 ¿Un hermano gemelo? appCapítulo 45 ¿Por qué no puedes amarme? ¿Por ser pobre? appCapítulo 46 ¡Una luz en la oscuridad! appCapítulo 47 ¿Podrás superar mi pasado? appCapítulo 48 Quiero disfrutar cada instante a tu lado appCapítulo 49 Si he de morir: que sea amándote appCapítulo 50 Eres todo lo que quiero appCapítulo 51 En contra del reloj appCapítulo 52 No perdonaré un engaño appCapítulo 53 Vamos a volvernos eternos appCapítulo 54 ¿Lo hiciste con juan andrés? appCapítulo 55 Las barreras empiezan a debilitarse appCapítulo 56 Busquemos otra opinión appCapítulo 57 Irma descubre la falsa boda appCapítulo 58 Una advertencia appCapítulo 59 Una mujer despechada, es un peligro appCapítulo 60 ¡La calle es donde perteneces! appCapítulo 61 ¡Ya estás conmigo! appCapítulo 62 ¿Mis padres me impusieron a paula? appCapítulo 63 ¡Aquí hay gato encerrrado! appCapítulo 64 Que la magia no termine appCapítulo 65 En saturno appCapítulo 66 ¿Pensaban verme derrotado? appCapítulo 67 Una esposa de mentira appCapítulo 68 Dos corazones, dos historias appCapítulo 69 Estoy locamente enamorado de ti appCapítulo 70 Esto fue algo que solo soñé appCapítulo 71 Convertí la mentira en verdad appCapítulo 72 ¡Por tu calentura has puesto en peligro a la familia! appCapítulo 73 ¡Mamá se enfermó por tu culpa! appCapítulo 74 La amo de verdad appCapítulo 75 ¿De qué quieres hablar? appCapítulo 76 ¿Vivieremos juntos? appCapítulo 77 appCapítulo 78 appCapítulo 79 appCapítulo 80 appCapítulo 81 appCapítulo 82 appCapítulo 83 appCapítulo 84 appCapítulo 85 appCapítulo 86 appCapítulo 87 appCapítulo 88 appCapítulo 89 appCapítulo 90 appCapítulo 91 appCapítulo 92 appCapítulo 93 appCapítulo 94 appCapítulo 95 appCapítulo 96 appCapítulo 97 appCapítulo 98 appCapítulo 99 appCapítulo 100 appCapítulo 101 appCapítulo 102 appCapítulo 103 appCapítulo 104 appCapítulo 105 appCapítulo 106 appCapítulo 107 appCapítulo 108 appCapítulo 109 appCapítulo 110 appCapítulo 111 appCapítulo 112 appCapítulo 113 appCapítulo 114 appCapítulo 115 appCapítulo 116 appCapítulo 117 appCapítulo 118 appCapítulo 119 appCapítulo 120 appCapítulo 121 appCapítulo 122 appCapítulo 123 appCapítulo 124 appCapítulo 125 appCapítulo 126 appCapítulo 127 appCapítulo 128 appCapítulo 129 appCapítulo 130 appCapítulo 131 appCapítulo 132 appCapítulo 133 appCapítulo 134 appCapítulo 135 appCapítulo 136 appCapítulo 137 appCapítulo 138 appCapítulo 139 appCapítulo 140 appCapítulo 141 appCapítulo 142 appCapítulo 143 appCapítulo 144 appCapítulo 145 appCapítulo 146 appCapítulo 147 app
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