Capítulo 39
Ese día estaba resultando el más especial para Helena, cada vez se sentía más unida a Maximilien, aquella felicidad que estaba experimentando, era como un bálsamo, algo difícil de creer, pues durante dos años le tocó vivir grandes tormentos a causa de su separación, y saber que ahora no sólo tenía junto a ella al hombre que amaba, sino que también tendrían un hermoso hijo que venía en camino y el que esperaban con tanta ilusión, definitivamente era algo que no tenía precio. Se encontraba junto a él, durmiendo en el camarote, pero ella se despertó de repente al escuchar el sonido de las notificaciones en el celular de Maximilien. Abrió los ojos poco a poco y se percató de que él aún seguía durmiendo, no quiso molestarlo al ver el gesto plácido en su rostro, pero las notificaciones no paraban de llegar, y entonces eso se encendió un foco de alarma en los sentidos de Helena, quien por curiosidad terminó acercándose para averiguar qué era ese asunto tan importante que no podía esperar. Y si Maximilien había dejado encendido su teléfono móvil, seguramente era porque estaba a la espera de noticias sobre algún tema en específico, pensó en que le había pedido que investigara al misterioso hombre que acompañaba a su hermana y que se veía tan cercano a ella, así que no lo pensó y deslizó la pantalla para ver de qué se trataba. Estaba a punto de abrir los informes que le habían llegado, se trataba de Rachel, su asistente quien lo tenía al tanto sobre el curso que estaba llevando la publicación que había hecho la revista, y por ende le había estado pasando los enlaces de las fuentes de información que habían filtrado la noticia.
—¿Qué estás haciendo?—Preguntó Maximilien de forma intempestiva.
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