Capítulo 83 Es un secuestro
Sin esperar su respuesta, Stefano agarró su muñeca. Pero Leah instantáneamente se retiró, su expresión retorciéndose de indignación. ¿Cómo se atrevía a actuar como si aún tuviera algún derecho sobre ella?
Si hubiera sido cualquier otro día, si no hubiera acabado de descubrir sus mentiras y la verdad sobre su identidad, tal vez le hubiera creído. Tal vez lo hubiera seguido sin cuestionar, a donde sea que él quisiera.
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