Capítulo 59 Te quiero

Hoy, Stefano estaba cauteloso con todo, no quería asustarla de nuevo con su impaciencia. Esperó, conteniéndose a pesar de que su corazón y su cuerpo estaban en guerra, instándolo a ceder y besarla con todo el hambre cruda que latía en él. Su contención era agonizante, especialmente cuando ella lucía increíblemente sexy y estaba tan tentadoramente cerca. Pero ver las mejillas de Leah ruborizarse suavemente mientras mordía su labio, sonriendo tímidamente, fue toda la confirmación que necesitaba. Su respuesta lo era todo: permiso, tentación y rendición, todo en uno. Era como si el universo mismo hubiera conspirado para concederle cada deseo en este momento, convirtiendo sus fantasías en realidad.