Capítulo 47 Sus besos embriagadores
Leah salió de la tienda con el Sr. Guardaespaldas, sus manos llenas de bolsas de compras. Todavía no podía creer que la tienda le hubiera dado tanta joyería como regalo de cortesía, junto con el par de aretes que había elegido como un gesto de disculpa. Pero según el Sr. Guardaespaldas, era simplemente un gesto para proteger la reputación e imagen de la marca, nada extraordinario en el gran esquema de las cosas.
Aun así, Leah se sentía conflictiva. Una mezcla de emociones se agitaba dentro de ella, pero no podía negar la felicidad que burbujeaba en su interior. Nunca había sentido este tipo de alegría antes. Cada señal apuntaba a una cosa: su vida había comenzado a cambiar para mejor desde que conoció a él.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread