Capítulo 31 La marca del lobo
Después del terrible altercado en el juzgado todos habían regresado a la casa lo más rápido posible para evitar las habladurías del incidente. Alekxander se mantuvo alejado de Alyz todo el camino hacia la casa y apenas y la veía, lo que la hacía sentir culpable, quizás el Zar estaba molesto por a ver impedido que matara a Darius pero no lo había hecho definitivamente por él, si no, porque no quería ver las manos de Alekxander manchadas de sangre por su culpa.
En cuanto cruzaron la puerta de entrada Alekxander corrió a su habitación para darse una ducha y cambiarse la ropa desgarrada por el cambio. Alyz quiso darle su espacio y se fue a sentar a la sala para descansar un poco, todo aquello le había provocado dolor de cabeza, así que cerró los ojos solo para meditar un rato.
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