Capítulo 4 Compras
Alyz se despertó al otro día al escuchar que alguien golpeaba a la puerta, al principio pensó que lo había soñado, pero cuando se repitieron los golpes se sentó en la cama tapándose con las cobijas lo mejor que pudo.
-¡adelante!- dijo levantando la voz.
La puerta se abrió lentamente dejando ver a Darius con la cabeza gacha y con una charola de comida en las manos.
-¿estás muy molesta conmigo?- pregunto con cautela.
Alyz lo miro sorprendida.
-no... no estoy molesta contigo- contesto ella.
Y era la verdad, no estaba molesta, estaba muy asustada, un lobo con problemas de ira era algo que le ponía los pelos de punta.
Darius entro y dejo la charola en el buró junto a la cama, después jalo una silla y se sentó junto a Alyz pero manteniendo cierta distancia.
-lamento mucho lo que paso ayer, perdí un poco el control al verte con Dimitri- dijo con sinceridad.
-no estábamos haciendo nada, el solo estaba ayudándome, tenía mucho frió- explico ella tranquilamente.
-lo sé, lo sé, él... me lo explico todo, es solo que no puedo soportar la idea de verte con alguien más.-
Alyz se mantuvo en silencio, no sabía que decir, por un lado se sentía alagada por el amor que parecía profesarle Darius pero por otro lado le daba mucho miedo y más aún porque ella no podía corresponderle.
-¿te dormiste con el vestido?- pregunto divertido Darius mirándola.
-no tenía otra cosa que ponerme- alego ella - mi ropa desapareció del baño.-
-ese fui yo, la mande a lavar, pero aun así creo que vas a necesitar más ropa.-
En ese momento una idea cruzo por la mente de Alyz y quizás, si Darius se sintiera lo suficientemente arrepentido por su comportamiento del día anterior, funcionaria.
-definitivamente voy a necesitar más ropa y... si me dejaras ir a mi casa por mis cosas...-
-eso no es necesario, dentro de la manada hay tiendas de ropa y de casi todo lo que te puedas imaginar, te comprare todo nuevo.-
-no es necesario.-
-¡insisto! te llevaría ahora mismo pero tengo una junta urgente que creo me llevara casi todo el día-
-no creo que pueda esperar hasta mañana, el vestido se rompió un poco cuando me trajiste jalando hasta la habitación- dijo Alyz poniendo su mejor cara de pesar.
Darius suspiro profundamente y miro a Alyz con ojos arrepentidos.
-está bien les diré a Katya y Olga que te lleven a comprar ropa, ¿entre mujeres se entienden mejor no?-
-gracias- respondió ella intentando poner su mejor sonrisa, sabía que eso era lo mejor que podría conseguir y tendría que esforzarse por aprovecharlo.
-ahora tengo que irme, desayuna bien y te veo después- dijo antes de inclinarse hacia ella y darle un beso en la frente para después salir por la puerta.
Dos horas después cuando Alyz ya estaba perdiendo la esperanza de que llegaran Katya y Olga para llevarla de compras, las dos entraron con toda confianza sin siquiera tocar la puerta.
-Espero que ya estés lista, porque no pienso esperarte mientras te arreglas- declaro Katya mirándola de arriba a abajo.
-faltaba menos, todavía que le estamos haciendo un favor- añadió Olga.
-ya estoy lista, no necesitan esperarme- respondió Alyz quien llevaba el mismo vestido del día anterior solo con la excepción de que había encontrado su abrigo y lo llevaba encima.
-definitivamente necesitas algo de ropa, te ves horrible- le dijo Katya dándole la espalda y caminando fuera de la habitación junto con Olga.
Alyz suspiro exasperada por tener que soportar a ese par, pero si funcionaba su plan no tendría que soportarlas demasiado tiempo.
Las tres salieron de la mansión al patio principal donde ya las estaba esperando un hermoso auto negro. Subieron e inmediatamente las llevaron por las calles empedradas de aquel pequeño pueblo hasta la plaza principal que se encontraba a solo cinco calles, lo que pensó Alyz era un desperdicio ir en auto si podían llegar caminando.
Como ella esperaba Katya y Olga apenas y le prestaban atención mientras entraban a las tiendas de ropa, aun así Alyz intentaba aburrirlas aún más mirando mucho tiempo alguna prenda, pronto perdieron totalmente el interés en ella.
Logro ver su oportunidad cuando entraron a la tienda más grande con la que se había topado hasta ahora, había ropa por todos lados colgada en todo tipo de bastidores y en la parte izquierda en un cuarto aparte estaba el área de zapatos.
-como ya sabemos que te tardas horrores en escoger tu ropa te esperaremos en el área de zapatos- declaro Olga.
-nos buscas en cuanto termines- añadió Katya y sin esperar respuesta de Alyz se dio media vuelta con su amiga y se fueron a ver los zapatos.
Alyz tomo las prendas más abrigadoras que vio y se cambió en los vestidores, en cuanto estuvo lista se dirigió a la caja para pagar, a esas alturas Olga ya le había confiado una tarjeta de crédito, para suerte de Alyz la cajera le cobro rápido.
Cerciorándose de que ni Katya ni Olga la hubieran visto, salió a toda prisa de la tienda tapándose la cabeza con la capucha de su nueva chamarra. Camino con la cabeza baja rogando que nadie la reconociera durante siete angustiosas calles hasta que vio la puerta principal de la manada.
Un hombre vigilaba la entrada en una caseta de vigilancia, pero para suerte de Alyz en ese momento una camioneta grande estaba entrando y el conductor estaba charlando con el vigilante, por lo que no notaron cuando Alyz salió. Intento caminar lo más tranquila que pudo, pero en cuanto estuvo lo suficientemente lejos, se echó a correr.
La carretera por la que corría era de tierra cubierta de nieve por lo que se le dificultaba un poco, a su alrededor gran cantidad de árboles se alzaban por todos lados, todos cubiertos de blanco. Después de media hora trotando logro divisar una carretera de asfalto, reuniendo todas sus fuerzas corrió hacia ella, los autos pasaban en ambas direcciones.
Sin dejar de caminar por la carretera comenzó a hacer señales a los autos para que la llevaran rogando a Dios que ninguno de ellos fuera de la manada. En una de esas un pequeño auto de color rosa se detuvo frente a ella. Alyz corrió emocionada.
-hola chica, ¿para dónde vas?- pregunto una amable joven que iba de conductora.
-lo más cerca de Tiumén que me puedas dejar- respondió Alyz.
-¡pero qué suerte tienes! yo voy para haya súbete- exclamo amablemente la chica.
Alyz subió de inmediato agradeciéndole mil veces a la chica y partieron hacia la ciudad.
Al parecer la manada no estaba tan lejos de Tiumén ya que una hora después la amable chica del auto dejo a Alyz a una calle de su casa, agradeciéndole de nuevo a la chica Alyz se despidió de ella, jurándole su eterno agradecimiento. Corrió hacia su casa lo más rápido que pudo y llego casi de inmediato, saco las llaves que se había escondido previendo su fuga y subió a su pequeño apartamento.
Ver todas sus cosas como las había dejado aquel día antes de ir al trabajo le causo una tristeza inmensa, sabía que no se podía quedar ahí, el alfa la buscaría, sin perder tiempo tomo la mochila más grande que tenía y comenzó a guardar sus más preciadas pertenecías y toda la ropa que le cupo además de todos los ahorros que tenía.
En un primero momento pensó en regresar al orfanato y esconderse ahí, pero quedarse en la ciudad no era buena idea, así que supuso que lo mejor que podía hacer por más difícil que fuera, era irse a cualquier otra ciudad a empezar una nueva vida. Siempre había querido ir a Moscú, quizás era el momento adecuado.
Cuando termino de empacar todo se colgó la mochila al hombro, dio una última mirada a su hogar y abrió la puerta para salir. En un segundo toda la sangre de su cuerpo pareció congelarse y el alma se le cayó a los pies. Parado frente a ella se encontraba Darius con los músculos y el rostro tenso por la ira.
-¡creíste que podrías escapar de mí!- le grito furioso.
-no, yo no...- decía Alyz temblando mientras daba lentos pasos hacia atrás.
-¿entonces qué carajo haces?- volvió a gritarle y de una zancada corto el espacio entre ellos.
Alyz solo logro ver la palma del alfa acercándose a toda velocidad hacia su rostro y después... dolor, un horrible y penetrante dolor en el lado izquierdo de su rostro, intento levantarse al darse cuenta de que estaba en el piso pero todo se volvió negro y ya no supo nada más.
Cuando despertó e intento abrir los ojos solo pudo hacerlo a medias, su ojo izquierdo no parecía querer obedecerla, instintivamente se llevó una mano al rostro y sintió un horrible dolor y su cara hinchada.
-será mejor que no se toque Luna, la hinchazón pasara en un día o dos- dijo un hombre vestido de blanco y con una bata junto a ella. - y le sugiero que no se levante de la cama mientras eso sucede-
-¿qué paso?- pregunto con voz ronca.
-eso lo desconozco Luna, yo solo he venido a curarla- respondió el hombre dándose la vuelta y caminando hacia la puerta donde estaba Darius recargado.
Al verlo Alyz se puso tensa inmediatamente y recordó lo que había pasado en su apartamento. El alfa y el hombre de blanco intercambiaron unas palabras y después este último salió de la habitación.
-El doctor Kozlov dice que estas bien, no hay nada de qué preocuparse- dijo Darius sentándose en una silla junto a la cama de Alyz.
-¡me golpeaste!- le reprocho Alyz aun sin poder creérselo.
-lo siento de verdad, pero es que cuando me dijeron que habías escapado yo... perdí el control- dijo molestándose de pronto.
-no escape- mintió al ver la reacción del alfa - te dije que necesitaba mis cosas, yo... solo fui a recogerlas-
-¿entonces no estabas escapando? ¿Pensabas regresar?- pregunto Darius cambiando totalmente de actitud.
-sí, solo... fui por mis cosas- repitió Alyz al ver el efecto de su mentira.
-¡oh Alyz lo siento muchísimo! lo siento tanto, tanto, no debí de perder el control- se disculpó Darius totalmente cambiado.
-paso lo mismo en la fiesta de presentación ¿recuerdas?-
-lo sé, es que no sabes lo mucho que te necesito, Alyz yo te amo, te amo muchísimo, no podría tolerar que me dejaras-
-no deberías pensar esas cosas- respondió ella.
-¿entonces tú también me amas?- pregunto el chico esperanzado tomándola de las manos. Alyz se tensó totalmente, pero ya había empezado el teatro y ahora no podía echarse para atrás.
-siento algo por ti- pensó que era verdad, aunque no era amor precisamente lo que sentía - pero ya te había dicho que los humanos somos diferentes, nos toma tiempo, sabes-
-está bien, no importa, mientras estés a mi lado, ya conseguiré que me ames tanto como yo a ti- contesto el chico.
- eso puede llevar tiempo- respondió ella.
-no importa, tenemos tiempo y estos días tendrás mucho para pensar porque a pesar de que solo fuiste por tus cosas me desobedeciste y saliste de la manada, no puedes volver a hacer eso nunca más, así que estarás encerrada una semana en esta habitación.
Alyz agacho la cabeza conteniendo las lágrimas, ¿que no era suficiente con haberla golpeado? aun así en ese momento entendió algo. Si quería huir de ahí, tenía que ganarse primero la confianza de Darius y después hacer un plan perfecto.