La diferencia de temperatura entre el día y la noche fue significativa durante el otoño. Gonzalo salió corriendo del hospital para comprar una manta y se apresuró a volver para cubrir a Wilma con ella.
La angustia en el rostro de Wilma se alivió mucho en cuanto la arroparon. Una vez que Gonzalo terminó de cubrir a Wilma con la manta, se dejó caer en la silla cercana a la pared y se sumió en el sueño.
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