Capítulo 109 No es un mendigo
Aquel joven se dirigió hacia la puerta mientras abrazaba a las dos bellezas de pelo largo. Cuando Gonzalo le impedía el paso, levantó la cabeza, pero de repente, dio un grito ahogado de asombro.
Al oír la voz del joven, Gonzalo se sobresaltó un instante antes de volverse poco a poco. Por muchos años que hubieran pasado, reconocería al instante la voz de la persona que tenía detrás. Era Benedicto Scarpelli, el hombre al que había golpeado antes de marcharse por aquel entonces. Benedicto era el hijo menor de la familia Scarpelli, que dependía de la Cámara de Comercio de Neptunio.
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