Sentía envidia cada vez que sus compañeras de clase compartían los momentos de sus visitas a casa de sus abuelas. Pensaba que no tenía abuela como los demás. Al crecer, sólo se daba cuenta de lo que ocurría por los cotilleos que oía de la gente de su entorno. Y ahora también podía visitar la casa de su abuela.
—¿Puedes hacerme una foto? ¡Quiero compartirla en Instagram! ¡Quiero que todo el mundo sepa que ya puedo ir a casa de mi abuelita!
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