Capítulo 8 ¿Estoy embarazada?
En los dís siguientes, Ye Moxuan no echó a Shen Qi de la mansión Ye, ni le prohibió venir a la empresa. Siempre que estaba a su lado, Ye Moxuan ideaba todo tipo de métodos para torturarla y abusar de ella. Shen Qi estaba agotada después de completar varios trabajos que conllevaban un gran esfuerzo durante toda la semana.
Esta mañana, Shen Qi estaba a punto de levantarse y dirigirse al Grupo Ye como era habitual, pero no se sentía bien y su cabeza daba vueltas. Incluso sintió náuseas mientras se cepillaba los dientes, así que tuvo que apoyarse en el lavabo y arqueó varias veces antes de poder terminar el cepillado. Shen Qi estaba confundida todo el tiempo. Había estado teniendo náuseas a menudo.
«¿He comido algo en mal estado? También noto la garganta seca. Creo que tengo la gripe. Iré al hospital hoy a hacerme un chequeo.»
Mientras tanto, Ye Moxuan llegó a la oficina temprano. Mientras trabajaba no dejaba de mirar su reloj. Había empezado a trabajar hacia una hora.
«¿Por qué no esta esa mujer aquí todavía? Ja, y estaba preguntándome como sería de determinada. ¿Al final se ha rendido?»
Toc-toc. Justo entonces alguien llamó a la puerta.
—Entre. —Mirando a la persona que entró en su oficina, Ye Moxuan se sintió defraudado al instante.
—Segundo joven señor, estos son los documentos que tiene que firmar, y esta es la agenda del día. —Xiao Su le pasó los documentos con deferencia y continuó—: Hemos enviado a gente a verificar en el hospital, y no hemos encontrado a ninguna mujer sospechosa en el departamento de ginecología.
—De acuerdo. —Ye Moxuan agitó su mano para indicarle a Xiao Su que se marchase. Pero justo cuando Xiao Su se disponía a salir, Ye Moxuan fingió que no le importaba y preguntó—: ¿Está ausente hoy?
Xiao Su se quedó perplejo durante un instante, de inmediato se dio cuenta de a quien se refería el segundo joven señor, y replicó con rapidez:
—Sí, la señorita Shen está ausente. Parece ser que se ha dado por rendida.
Ye Moxuan asintió y continuó centrándose en su trabajo. Sin embargo, en el fondo de su corazón, se sintió un poco desanimado. Mientras tanto, Shen Qi estaba haciendo cola para coger número en el hospital. Cuando llegó su turno, le contó al doctor su situación , y el doctor la miró con una mirada extraña.
—¿Se encuentra a menudo adormilada, con náuseas, y su frecuencia urinaria ha incrementado recientemente?
Shen Qi asintió con fervor.
—¿Qué me pasa, doctor? No parece una gripe común.
El doctor la miró apenado y continuó:
—¿Cuándo fue la última vez que tuvo el periodo?
Al oír esto, Shen Qi trató de recordar:
—Más de un mes... —Se calló cuando se dio cuenta, y su expresión cambió poco a poco.
El doctor sonrió y dijo:
—¿Ha tenido relaciones sexuales hace poco? Debería de prestar más atención a su nueva situación. No le recetaré ningún medicamento aún. ¿Por qué no coge número para comprobar primero si está embarazada?
Shen Qi abandonó el hospital aturdida. No se atrevió a hacerse la prueba en el hospital. En cambio, fue a la farmacia a comprar un test de embarazo y se encerró en el baño en cuanto volvió a la mansión Ye. Ansiosamente, esperó un buen rato después de hacerse el test. Cuando vio que el visor de la prueba de embarazo revelaba una línea positiva, su rostro palideció aún más incluso cuando su cara estaba pálida ya por no encontrarse bien. Bajó la cabeza y miró su vientre plano, sin poder creérselo.
Aquel día, todo pasó sin esperarlo. Nunca había experimentado algo así, y volvió corriendo a casa solo para encontrarse que la obligaban a casarse por conveniencia. Estaba tan desolada que no pensó mucho en lo que había pasado, ni tampoco tomó la píldora del día después. ¡Y ahora estaba embarazada con el hijo de ese hombre! Shen Qi se cubrió la boca en pánico.
«No, no puedo permitirme entrar en pánico. Quizás el test de embarazo ha fallado. ¡Sera mejor que vaya al hospital a comprobarlo!».
De inmediato, Shen Qi tiró el test a la papelera, se levantó, y abandonó el baño. Sintiéndose culpable, miró a su alrededor, preocupada por si Ye Moxuan aparecía de repente. A causa de su resfriado y además su embarazo, Shen Qi se sintió mareada, y se tumbó en la cama a dormir desde el atardecer hasta la caída del sol. Se levantó hambrienta, y se dirigió a la planta baja a buscar algo de comer mientras se acariciaba el vientre. Mientras bajaba las escaleras, algunas de las doncellas pasaron por su lado, y una chocó contra ella a propósito.
—¡Ah! —Shen Qi perdió el equilibrio y cayó en la escalera.
—¡Oh! Es la segunda joven señora! Pensé que era una doncella. ¡Lo siento! ¿Necesita que la ayude? —A pesar de decir eso, la doncella no tenía la intención de ayudarla a levantarse.
Shen Qi miró a la descarada doncella sin decir nada. Se levantó en silencio y continuó bajando la escalera. Sin embargo, no esperaba que la doncella siguiese atosigándola cuando ella no quería causar ningún problema.
—¿Hey, cree que es Cenicienta que se casó con el Príncipe Azul? ¡No puede ser ni doncella si no le gusta a nuestro segundo joven señor!
—¡Es cierto! Mirar sus malas pintas; ¿quién la reconocería como la señora? ¡He oído que el Segundo joven señor la llamó su cuidadora!
—Si yo fuese ella, habría empaquetado mis cosas y me iría en vez de ser avergonzada de esta manera.
—¡Las mujeres así no tienen vergüenza! ¿Qué no haría por dinero?
Al oí estos insultos, el rostro de Shen Qi se tornó más pálido, y su frágil cuerpo empezó a balancearse. Justo cuando estaba a punto de girarse y hablar, oyó una voz cruel.
—¿Desde cuándo las doncellas de la familia Ye se comportan de una manera tan grosera?