Capítulo 570 El largo y arduo camino para ganar su corazón
―Me voy a casa. ―Amelia se dio la vuelta una vez más para marcharse y de repente se detuvo justo cuando Francisco quería agarrarla de nuevo―. Quiero irme a casa, Francisco. No me detengas. Sólo quiero irme a casa. ―No estaba de humor para hablar con él.
Francisco no respondió nada. Ya no le impidió marcharse, sino que observó cómo su figura desaparecía lentamente de su vista.
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