Capítulo 228 Me odias
«¡Es Francisco!». Karina, furiosa, levantó la mano para intentar abofetearlo, pero él la agarró por la muñeca. A continuación, dobló la pierna e intentó golpearle con la rodilla, pero él lo evitó.
Al ver que ella seguía forcejeando después de haber sido empujada a sus brazos, Francisco dejó de jugar limpio con ella. La empujó hacia atrás, obligándola a retroceder unos pasos hasta que su espalda chocó contra el coche del guardaespaldas. Entonces, aprovechando la situación, la inmovilizó contra el coche.
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