Capítulo 232 Un golpe donde duele
Karina tocó la cara de Crista con ligereza, haciendo que ésta casi se cayera al suelo del susto.
—Señorita Cárdenas, no se ha cuidado lo suficiente la piel. No está lo bastante suave. —Miró burlonamente a la mujer, cuyo rostro estaba pálido por el susto—. ¿Qué, cree que voy a hacerle algo? Con su aspecto, preferiría besar dos veces a mi gatita antes que hacer eso. —«El gatito de trapo que me regaló el señor Denis es una belleza».
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