Capítulo 205 Puedo soportar cualquier dolor
Con nuestro acto de amor terminado, nos quedamos juntos, desnudos y enredados en el suelo. Neil está acostado boca arriba, mirando el techo. Estoy de lado, acurrucada contra su pecho, con su brazo envuelto de forma segura alrededor de mi espalda. Con un toque suave, apenas perceptible, trazo mi dedo a lo largo de uno de los tentáculos de veneno que marcan su piel.
-Puedes quedarte-, vuelve a decir. Lo ha dicho tantas veces durante nuestro acto de amor, pero las cosas dichas en el momento no deben ser escuchadas con sinceridad.
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