Capítulo 47 Escuchar a escondidas
Cándido movió la mandíbula durante unos momentos. Su mirada nunca se apartó de la mía. Podría ser la última vez que estuviéramos solos así. Ya había escaneado su oficina, y el libro no estaba allí. Donde sea que lo hubiera puesto estaba escondido, y no tendría acceso a su oficina si las cosas estaban tan mal como imaginaba.
-Estaré allí en un minuto-, llamó y se levantó. Escuché a Allen alejarse antes de que Cándido se ajustara la chaqueta y caminara alrededor del escritorio, evitando apenas rozarme.
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