Capítulo 37 Sueños febriles
Estaba corriendo. No sabía hacia dónde ni cómo, pero sabía que al otro lado había algo que necesitaba. Escuchaba a Candido hablándome. A veces su voz era suave. A veces lo escuchaba gruñir, pero sentía su presencia cerca. No me dejaba aunque no sabía a qué despertaría. Cada vez que hablaba, sentía que me acercaba más a la conciencia. Cuando el silencio caía a mi alrededor, me hundía.
Dormí durante mucho tiempo. No sé cuánto, pero sentía que al menos eran unos días. No quería despertar y enfrentar lo que había sucedido. La forma en que el mundo había girado y el sonido de ellos riéndose de mí me perseguía casi cada vez que intentaba relajarme.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread