第1150章
Javier Benegas sintió la mirada ardiente de la chica, dejó la fregona a un lado y se acercó paso a paso, con sus abdominales aún más marcados bajo la luz brillante.
Isabel Zárate se cubrió la nariz apresuradamente, giró la cabeza rápidamente, negándose a mirar esa escena tan impactante.
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