Capítulo 50 Cosquillas en las axilas del hombre
Isabel se levantó de un salto, liberando su mano del agarre de Javier, con los ojos muy abiertos de incredulidad mientras lo miraba fijamente.
—Ya te he dicho que no haré nada inapropiado. Puedes dormir aquí —replicó Javier, con voz tranquila y firme.
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