Capítulo 82 No tienes que darme explicaciones
El silencio que la rodeaba no era lo último que ella recordaba antes de desmayarse. Recordaba que Isabelle había gritado, pero de allí, todo su mundo se sumergió en una oscuridad apabullante que la envolvió y arrastró hasta sus profundidades.
Lía abrió los ojos y parpadeó varias veces para acostumbrarse a la luz de la habitación, no tuvo que ver el lugar para saber que estaba en el hospital. Su mano fue instintivamente a su vientre, respiró tranquila cuando sintió la curva y la acarició. Su hijo estaba bien.
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