Capítulo 3 Novio sustituto

—¡Isabelle! El corazón le dio un vuelco al escuchar el grito de Leandro, estaba sorprendido. ¡Era lógico que lo estuviera! Él iba a casarse con Sophia ese día. —¿Qué demonios haces aquí? —le cuestionó; no obstante, Isabelle no le respondió. Ella estaba demasiado asustada al darse cuenta de la realidad y de lo que había hecho. Se levantó y con rapidez tomó sus prendas para huir al cuarto de baño. El corazón le latía tan deprisa que lo sintió en la garganta. Tenía que estar soñando, esto que le estaba pasando solo era una pesadilla, no podía ser verdad. ¡Se negaba a aceptarlo! —¡Sal de ahí, Isabelle! ¡Tienes que darme una maldita explicación! Ella tembló al escuchar el grito de Leandro y los golpes a la puerta del cuarto de baño. ¿Explicarle? ¿Qué clase de explicación iba a darle para justificar su presencia en la habitación? Dudaba que Leandro creyera que todo había sido un error. ¡Era un error! —Abre, Isabelle, o te juro que… —Ella abrió la puerta, sentía un nudo apretarle la garganta, pero se armó de valor para enfrentarlo, o bien, para buscar una oportunidad y salir huyendo. Isabelle fijó los ojos en el rostro pálido de Leandro, así era como debía verse ella también. —¿Qué demonios pasó? —insistió él, apuntando hacia la cama, fijándose en las sábanas alborotadas. Sus recuerdos terminaban en la discoteca, bebiendo unos tragos con Javier. Isabelle tragó el nudo que le apretaba la garganta y se le instaló en la boca del estómago. Abrió la boca, pero ninguna palabra salió de ella. —¡Qué fue lo que sucedió! —el grito furioso de Leandro le hizo llenar los ojos de lágrimas. —Tú, yo… nosotros —ella estaba balbuceando. —Habla, Isabelle. —Pa-pasamos la-la no-noche jun-juntos —tartamudeó cuando encontró su voz. Isabelle cerró los ojos cuando el puño de Leandro se dirigió en su dirección y se sacudió cuando escuchó el estrepitoso ruido del puño golpear contra la madera. —¡Maldita sea! Tienes que estar bromeando, Isabelle. ¡Esto no puede ser verdad! —gritó. Ella deseaba lo mismo, quería despertar para darse cuenta de que estaba en su cama y que todo había sido una terrible pesadilla. —Lo siento, yo… —Vete, Isabelle —la voz ronca y dura de Leandro interrumpió su disculpa—. Vete y olvida lo que ha sucedido, esto fue un error. —Tu boda… —¡Cállate y vete! —le ordenó. Isabelle no esperó que se lo repitiera por tercera vez, tomó su pequeño bolso de mano, su celular y salió huyendo como alma que llevaba el diablo. Ni siquiera se preocupó de quién pudiera verla salir de aquel hotel de paso, en ese momento, no le importaba nada… Cuando regresó a casa, entró por la puerta del servicio. Aún era temprano, así que era probable que sus padres continuaran durmiendo, o quizá ya estaban en casa de su tía Victoria para la boda de Sophia. Recordar a su prima solo hizo que la náusea subiera por su garganta y la culpa la castigara con la fuerza de un rayo. Isabelle corrió al cuarto de baño y vació el estómago en el retrete. El sabor amargo que tenía en la boca, era la culpa que le carcomía el alma. Las lágrimas abandonaron sus ojos y, como ríos caudalosos, empaparon su rostro mientras intentaba comprender lo que había sucedido. Recapitulando los hechos, era Javier el único que podía darle una explicación. Fue él quien la había llamado y también fue quien le aseguró que se trataba de Leonardo. La muchacha corrió de regreso a su habitación, buscó su teléfono y marcó con desespero el número de Javier, pero todas sus llamadas terminaron en el correo de voz. Le escribió varios mensajes que tampoco fueron vistos. La desesperación creció en su interior y todo lo que le quedaba era esperar que Leandro no dijera nada y continuara con la boda, tal como estaba planeada. Tenía que aferrarse a esa idea, si él no decía nada de lo que pasó, ella tampoco lo haría. Callaría ese secreto para siempre. Isabelle se sentó a la orilla de la cama, sus lágrimas no habían cesado y estaba segura de que era un desastre. Se recostó por un momento, perdiendo la noción del tiempo, tratando de olvidar la locura cometida. No supo en qué momento se quedó dormida, hasta que el sonido estrepitoso del teléfono la despertó. Ella se incorporó y buscó su móvil con la esperanza de que fuese Javier; sin embargo, era su madre quien la llamaba. —Aló. —Isabelle, ¿dónde te has metido? He estado llamándote desde la mañana. Debes darte prisa, la boda va a comenzar en menos de una hora. Isabelle apretó el teléfono con fuerza hasta que sus nudillos se pusieron blancos. Siempre si había boda, eso fue un alivio para su atormentado corazón. —Me daré un baño, no me esperes, iré directo a la iglesia —respondió, buscando la puerta del baño. —No demores, hija. Tus abuelos no han dejado de preguntar por ti. —Diles que los amo. —Date prisa. Isabelle lanzó el teléfono hacia la cama y se apresuró para darse una ducha. El vestido que había elegido para la boda, era de un tono rojo, le quedaba perfecto. Era un regalo de su abuela por su cumpleaños número dieciocho, había esperado a tener una oportunidad para lucirlo, pero ya no se sentía cómoda para llevarlo a la boda. Es más, si pudiera no asistir, estaría más que agradecida, pero sabía que, si no iba por su cuenta, su padre era muy capaz de ir por ella y obligarla. —Nadie lo sabe, nadie tiene porque saber lo que ocurrió entre Leandro y yo, solo debemos olvidarlo —murmuró para sí mientras bajaba por las escaleras y buscaba las llaves de su auto. Cuando llegó a la iglesia, trató de no llamar la atención y caminó hasta los lugares que ocupaba la familia. —Ven, Isa, acá hay un lugar. —Lía se movió un poco más cerca de Salvatore para darle espacio. Isabelle le agradeció con un movimiento de cabeza y prestó atención a la ceremonia. Ella era un manojo de nervios, las manos le sudaban y el malestar en la boca del estómago no la dejaba ni respirar. Sin embargo, todo aquello se borró de su mente en el momento que el sacerdote pidió a la pareja pronunciar sus votos matrimoniales. —Yo, Leonardo Giordano Ferrer, te recibo a ti, Sophia Victoria Rinaldi Santoro, como esposa y me entrego a ti y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. Isabelle sintió su corazón romperse en miles de pedazos, miró a Lía sin comprender lo que estaba sucediendo, también se fijó en el rostro molesto de su primo Salvatore. —¿Leonardo? —preguntó casi sin voz. Lía le sonrió ligeramente, no era de alegría, ella pudo verlo. —Leandro no se presentó, le envió una nota a Sophia cancelando la boda y no hemos podido localizarlo. —Pe-pero ¿por qué Leo…? —Ella no fue capaz de terminar la pregunta. —Se ha ofrecido como novio sustituto para salvar el honor de Sophia, además, Leo ha estado enamorado de ella desde hace tiempo. Isabelle sintió el aire abandonar sus pulmones, como cuando eres golpeado por un guante de boxeo. ¿Se había ofrecido? ¿Ha estado enamorado de ella desde hace tiempo? ¿Leandro no se presentó a la boda? —Isabelle, ¿a dónde vas? —La pregunta de Lía le hizo darse cuenta de que se había levantado de la banca, pero es que le era imposible continuar en la iglesia, sabiendo que el hombre que se estaba casando era Leonardo, el hombre de quien estaba enamorada. —No me siento bien, Lía, necesito un poco de aire fresco —musitó, sintiendo que el aire empezaba a faltarle. Isabelle no esperó respuesta de Lía. Simplemente, no tenía el valor para continuar en la iglesia, por lo que se apresuró a buscar su auto y dirigirse al hotel donde se llevaría a cabo de la fiesta. La razón y la vergüenza le gritaban que se marchara a casa, pero al final no pudo hacerlo. ¡Era una masoquista! Solo así podía explicar su necedad de ver a Leonardo, aunque fuera en los brazos de su prima. La joven buscó una de las mesas más alejadas, no necesitaba estar cerca, bastaba con que sus padres la vieran para no llamar la atención; sin embargo, la decepción y la culpa son malas consejeras y terminó ahogándolas en el fondo de una botella de ron, emborrachándose por primera vez en sus cortos dieciocho años. Isabelle trató de no acercarse a la pareja, pero lo inevitable llegó en el momento que ellos decidieron despedirse de la familia. Con la mente embotada por el licor y el dolor, no midió las consecuencias de sus actos ni de sus palabras. —¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! —gritó, tambaleándose para llegar a ellos, captando la atención de sus padres, pero ni eso le importó. —Isabelle. La joven miró el rostro de su prima y sintió una nueva ola de dolor y rabia. —Todo esto es tu culpa, Sophia, ¿es qué no podías conformarte con uno de ellos? —¿Qué? ¿De qué hablas, Isa? Isabelle ignoró la pregunta y miró a Leonardo, sintiendo que ya nada más tenía sentido. Él era su primer amor y lo había perdido sin siquiera tenerlo. —¡¿Por qué tenías que ocupar el lugar de Leandro?! —le gritó con coraje—. También es tu culpa por parecerte tanto a él, ¡si no fuera por su maldito parecido, no me habría acostado con él pensando que eras tú! El silencio que le siguió a la confesión de Isabelle solo fue roto por el golpe que cayó sobre su mejilla. Ella sintió un fuego quemarle el rostro, levantó la mirada para encontrarse con los ojos furiosos de su madre. Eso era todo lo que ella recordaba luego de despertar en su habitación al día siguiente. La cabeza le dolía, era como si miles de martillos la golpearan, castigándola una y otra vez. —Por fin despiertas, Isabelle…
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Índice
Capítulo 1 ¡Eres un sinvergüenza! Capítulo 2 El hombre equivocado Capítulo 3 Novio sustituto Capítulo 4 No seas necio Capítulo 5 ¡Arruinaste mi felicidad! Capítulo 6 Haz lo que quieras Capítulo 7 Hazlo feliz Capítulo 8 Tú serás mi prioridad appCapítulo 9 ¡Un hombre de piedra! appCapítulo 10 ¿Confiar o no confiar? appCapítulo 11 ¿Estuviste con ellos? appCapítulo 12 ¡No podemos perderla! appCapítulo 13 Yo soy el único responsable appCapítulo 14 ¡Por tu maldito amor! appCapítulo 15 No me toques appCapítulo 16 Soy mamá appCapítulo 17 ¿Dónde están? appCapítulo 18 ¿Eres el abogado del diablo? appCapítulo 19 Tómate tu tiempo appCapítulo 20 Ahora o nunca appCapítulo 21 Terminemos con esto appCapítulo 22 Mientras haya vida, habrá esperanza appCapítulo 23 Una mujer inocente appCapítulo 24 Sangre de mi sangre appCapítulo 25 No supe amarla appCapítulo 26 Prométemelo appCapítulo 27 Era libre otra vez appCapítulo 28 Un nuevo comienzo appCapítulo 29 Nadie llora por nada appCapítulo 30 ¡Buenas noches, amor! appCapítulo 31 ¿Tienes un pretendiente? appCapítulo 32 Quiero algo de ti appCapítulo 33 Creo que es amor appCapítulo 34 Yo solo soy el repartidor appCapítulo 35 ¿Es tu novio? appCapítulo 36 ¿Quieres que seamos amigos? appCapítulo 37 Será una larga noche appCapítulo 38 No llegué a tiempo appCapítulo 39 Es una mujer hermosa appCapítulo 40 Te fuiste appCapítulo 41 ¡Está loco! appCapítulo 42 Un beso robado appCapítulo 43 ¿Lo haremos? appCapítulo 44 ¿Romance entre los nuevos herederos? appCapítulo 45 Eres tú appCapítulo 46 ¡Por favor! appCapítulo 47 Temores appCapítulo 48 Tiempo appCapítulo 49 Como una flor en el pantano appCapítulo 50 La clave es el tiempo appCapítulo 51 Fui a verlo appCapítulo 52 ¿Eras tú? appCapítulo 53 Extráñame appCapítulo 54 ¡¿Qué haces allí?! appCapítulo 55 Tú eres maravillosa appCapítulo 56 Invitación appCapítulo 57 ¿Me has traído con engaños, lía? appCapítulo 58 Soy su niñera appCapítulo 59 Era cosa del destino appCapítulo 60 Es un tesoro appCapítulo 61 El milagro de su existencia appCapítulo 62 Segunda oportunidad appCapítulo 63 Epílogo appCapítulo 64 Te odio appCapítulo 65 ¿Quieres matarme? appCapítulo 66 Has creado y criado a un monstruo appCapítulo 67 Eres un poco hombre appCapítulo 68 Cuéntame la verdad appCapítulo 69 Iré contigo appCapítulo 70 ¿Y quién es ella? appCapítulo 71 Tú vienes conmigo appCapítulo 72 ¡Voy a matarlo! appCapítulo 73 Tengo miedo appCapítulo 74 Sí, por favor appCapítulo 75 Entre la espada y la pared appCapítulo 76 Nada estará bien appCapítulo 77 Confesión appCapítulo 78 Cuentas conmigo appCapítulo 79 Haz lo que tengas que hacer appCapítulo 80 Sigues siendo mi hijo appCapítulo 81 Solo soy un hombre enamorado appCapítulo 82 No tienes que darme explicaciones appCapítulo 83 Condenado appCapítulo 84 Prométemelo appCapítulo 85 Un nuevo comienzo appCapítulo 86 Un paso a la vez appCapítulo 87 Soy una tumba appCapítulo 88 ¡No están muy bonitos! appCapítulo 89 Los espero el viernes appCapítulo 90 Celos appCapítulo 91 No quiero herirte appCapítulo 92 Bienvenida, asha appCapítulo 93 Feliz cumpleaños appCapítulo 94 Amarte es un placer appCapítulo 95 Trato hecho appCapítulo 96 Promesa de amor appCapítulo 97 Señora de rossi appCapítulo 98 Tú tienes todos los síntomas appCapítulo 99 Los hemos conseguido appCapítulo 100 Epílogo appCapítulo 101 ¡Ayúdame, por favor! appCapítulo 102 Un pecado en la tierra appCapítulo 103 Hermoso y letal appCapítulo 104 Reunión familiar appCapítulo 105 Esperanzas appCapítulo 106 Invitación appCapítulo 107 Decepción appCapítulo 108 Cuenta pendiente appCapítulo 109 Eres bueno para mí appCapítulo 110 ¡Cometiste un crimen! appCapítulo 111 Qué dure, lo que tenga que durar appCapítulo 112 El perro del hortelano appCapítulo 113 ¿Es alguien importante para ti? appCapítulo 114 ¿Se fue? appCapítulo 115 Gracias por venir appCapítulo 116 Sabor amargo appCapítulo 117 Ángel appCapítulo 118 No soy un ángel appCapítulo 119 No eres tú appCapítulo 120 Eres mi luz appCapítulo 121 Estaré a tu lado appCapítulo 122 Sorpresas appCapítulo 123 Confío en tu padre appCapítulo 124 Búscala y conquístala appCapítulo 125 No lo esperes más appCapítulo 126 Solo quiero protegerte appCapítulo 127 Ayúdame, mamá appCapítulo 128 No odies a tu padre appCapítulo 129 Buscando al diablo appCapítulo 130 No voy a buscarlo, papá appCapítulo 131 Burlando al diablo appCapítulo 132 ¿Estás amenazando a tu padre? appCapítulo 133 De tal palo, tal astilla appCapítulo 134 ¿No tienes miedo a que te denuncie? appCapítulo 135 ¡No voy a renunciar a ti! appCapítulo 136 Obedece a tu madre appCapítulo 137 ¿No lo hemos lastimado? appCapítulo 138 Renacido de las cenizas appCapítulo 139 Una segunda oportunidad appCapítulo 140 Dios griego appCapítulo 141 La cuidaré y la protegeré appCapítulo 142 Epílogo app
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