Xana corrió en dirección al cuarto de sus cachorros y abrió la puerta. No se equivocó. Tanto Sibyl como Nill tenían el rostro lleno de lágrimas y lloraban a todo pulmón pidiendo por el alfa.
-Papáaaaa, papá se fue- Sibyl lloraba abrazando el cuello de su hermano al que apretaba contra su pecho.
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