Capítulo 62 Bernardina era su empleadora

La cara de Carolina se llenó de vergüenza. No había esperado que su íntima amiga la encontrara a ella y a Jordán intimando, y él había… ¡llegado más lejos! Era de verdad mortificante. Las mejillas de Carolina estaban rojas como melocotones. La expresión de Jordán se volvió un poco fría y miró a Bernardina con desagrado. Parecía que no estaba contento con su repentina aparición e interrupción. Una cosa era que los atrapara, pero ¿no podía haberse escabullido con discreción? ¡No tenía ningún sentido de la discreción! Al ver la mirada de Jordán, Bernardina se dio cuenta de que había causado problemas. Bajó la cabeza y dijo: