Capítulo 542 Aún en busca de pistas

Los dedos de Vicente vacilaron un instante cuando alargó la mano para mover su pieza de ajedrez, pero se detuvo cuando levantó la vista y miró fijamente al joven apuesto que tenía delante. En ese instante, se dio cuenta de que Ismael no había aparecido en su puerta por mera coincidencia; había ido con un propósito específico en mente. A pesar de ello, el anciano no se sintió incómodo ni inquieto. Al contrario, la impresión que le había causado Ismael era de forma notable positiva, y sus preguntas sobre los asuntos de su padre hablaban por sí solas de su compromiso con los deberes familiares.