Capítulo 304 Ismael y su responsabilidad
—Tú… —Baldo miró su figura en retirada, realmente sin saber qué hacer con ella. El contrato ya se había firmado, y entonces ella estaba oficialmente a bordo.
El teléfono de Alejandra sonó justo después de salir del despacho de Baldo. Lo sacó y vio un número no guardado.
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