Capítulo 56 El señor Madrazo está a punto de perder los nervios
El señor Madrazo, que estaba escondido entre las sombras, frunció el ceño. Le interesaba escucharla inventar una historia.
—Mi marido me trata bien, es muy guapo, tiene un trabajo fijo y honorable y unos ingresos decentes. No desprecia en absoluto a mi familia. Me mima a menudo y se ocupa de todas las tareas domésticas. Es verdad, Carlos. Gracias por preocuparte, ¡ahora soy feliz! —Ámbar sonrió y sus ojos se iluminaron de alegría—. ¡Espero que tú también seas feliz!
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