Capítulo 386 Olvida los panqueques
Lo primero que Natalie vio cuando abrió los ojos a la mañana siguiente fue el anillo de halo de diamantes en su dedo. Se sentó, se frotó los ojos aún adormilados y volvió a mirar su mano, convencida de que estaba alucinando.
-¡DIOS MÍO!- chilló a todo pulmón cuando se dio cuenta de que no estaba alucinando, despertando de golpe a un todavía dormido Levi.
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