Capítulo 214 Cierre
El hombre continuó con su charla, -deja que adivine, eres médico, abogado o CEO de alguna empresa cotizada en la Bolsa, ¿y te compraste un brillante premio haciendo una gran donación a la Fundación?
-¡Dios, no!- Natalie fingió estremecerse, y ahí estaba esa risa de nuevo. Rica y cálida, como el café en una fría mañana de invierno.
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