Shairy se dejó envolver por las alas de su querido esposo mientras elevaba su rostro pidiendo ser besada. Maret sonrió complacido envolviendo sus labios con los suyos mientras en un suspiro hizo que desaparecieran para aparecer en la cueva donde solía esconderse cuando era perseguido. Shairy apenas si se percató del cambio disfrutando de la gran sensación que siempre le provocaba los besos ardientes de Maret.
—Maret —susurró todavía sin abrir los ojos, pero una corriente de energía la sacudió haciendo que los abriera para verse convertida en una hermosa dragona —¿Cómo lo hiciste?
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