Capítulo 30 Entrega

En el instante en que Shairy y Maret ingresaron en la cámara secreta, una sinfonía de luz y armonía los envolvió, transformando el lugar en un santuario mágico de amor. Las estalactitas centelleaban con destellos luminosos, y una cálida y suave bioluminiscencia emanaba de las paredes, creando un aura mística que les abrazaba con dulzura. Los latidos del corazón de Shairy se sincronizaron con los de Maret mientras se miraban con un afecto puro y profundo. Él la rodeó con sus brazos, acogiendo sus temores y anhelos con delicadeza. —No temas, mi Shairy —susurró Maret en tono melodioso—. Este momento es tan mágico como el nacimiento de las estrellas, y juntos lo abrazaremos con la ternura que merece.