Capítulo 36 Dragones
Era como si por un instante todos los seres mágicos perdieron junto con las hadas, la capacidad de moverse, las manos levantadas, los ojos fijos en las dos estatuas, las mentes aterrorizadas por la continuación. ¿Quién los iba a salvar ahora? Hasta la naturaleza parecía que se había detenido. La Suprema Buenisidad fue el primero en reaccionar en lo que repetía una y otra vez.
—¿Cómo pude olvidarlo, como pude? —y se abrazó llorando de Shairy ante la mirada incrédula de todos—, ¡te salvaré mi nieta, juro que lo haré!
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