Capítulo 7 Mentiras

Naiara Mi caballero oscuro se había tomado casi a modo personal buscar una solución. Digamos otra, a la que ya teníamos que era casarme. Lo único que tenía de ventaja era mi linaje, el cual también estaba en duda por varios, especialmente por los nobles del imperio de Aveyron. Pero, aun así, si mi linaje fallaba, mi aspecto, mi físico, qué extrañamente no tiene que ver nada con la belleza femenina, en mi caso; me ayudaba. De tal forma que, en teoría, muchos candidatos se ofrecerían a casarse conmigo. Simplemente por estar, por un lado, emparentados con la familia imperial, con el gran y antiguo linaje Caelum, y si a eso le sumamos con la hija de la diosa en sí... pues mucho mejor. Idealmente en otros tiempos, si yo hubiese sido criada en el palacio imperial de la ciudad de Halia, mi matrimonio se hubiese negociado desde pequeña con los hijos de los grandes nobles, las casas se pelearían por mí. Sin embargo, los nobles actualmente eran un caos y no se sabía cuáles eran enemigos. Sumado a eso, mi caballero ya había pasado por esto hace unos meses cuando estuvo buscando esposo para mi prima Azaleia. Él había reunido a varios nobles partidarios de la luna en Miraes, y había sido un fiasco tras otro, inclusive ella estuvo a punto casarse con un señor que no era ni noble ni partidario de nosotros. Yo sabía que se era el pensar de Layne, por eso quizás me sorprendió tanto el afán con que él buscaba solucionar la situación de mi matrimonio. Mejor dicho, se podría decir que busca evitarla. Eso hacía mi corazón saltar, pero intentaba no engañarme. Al no haber opciones dentro de Aveyron, había que buscar afuera, había que jugársela en ese “bueno por conocer”. En reuniones se presentaban cartas dónde se describían propuestas de reyes, emperadores, príncipes, conquistadores y señores de otros imperios y reinos, algunos bastante lejanos. Recibí invitaciones y se mandaron hacer varios cuadros de mí para ser enviados a los que resultan más prometedores. Layne se mantenía mi lado como nadie, parecía mi sombra, él y mi lobo, incluso ya se comportan de la misma manera, muchas veces sin quitarme los ojos de encima. Ónix, mi nuevo amigo, era todo lo que yo esperaba de un compañero, todavía era un cachorro, así que me ayudaba a pensar en otras cosas, me hace reír con sus ocurrencias, con sus juegos, y ya tenía locas, a las sacerdotisas y criadas que me ayudaban, aunque poco a poco se fue ganando su cariño. —Princesa recuerde estirar con cuidado largo… así, correctamente y luego tiene que colocar su dedo aquí, y en esa posición tiene que mantener sus pies separados— Me dice Layne. Él, en estas instrucciones se acerca a mí, es uno de mis momentos preferidos del día o de la semana. Siempre mantiene una distancia prudencial, pero cuando me explica combate y algunas técnicas de ataque y defensa, siento ligeramente su respiración sobre mí, y tengo la oportunidad de ver en detalle su rostro y es el único momento en que sus manos, sus grandes manos están ligeramente sobre mí. Ahora está a mis espaldas y apoya sus manos en mi antebrazo, la otra está sobre mi mano y por la diosa... soñaba con tenerlo así cerca. Ya estoy más que consciente que no tengo un enamoramiento juvenil, esto es un poco más que eso… mucho más que eso. No debe ser, no debe ser, me repito… pero no importa. Esto no tiene sentido y mucho menos un futuro le digo a mi corazón, pero él hace oídos sordos. —Odio el arco y la flecha— le confieso sinceramente. Él me da una de esas sonrisas que es sumamente pequeña, pero que le llega los ojos y lo hace brillar. Es mi sonrisa favorita de él. —Y entonces a qué le gustaría hacer a la princesa. Ya sabemos que es bastante hábil cabalgando y atacando sobre el caballo, qué es rápida, qué tiene unos buenos golpes, debo decir — indica riéndose y me hace sonreír también. Layne huele a cuero y a árboles. —Me gustaría probar la lanza— digo yo luego de pensarlo cuidadosamente. Ese es el arma de mi caballero. Él no era un hombre especialmente de batalla, pero eso no quiere decir que era malo. Layne era alto, fuerte, un caballero preparado para la guerra, sin duda. Yo a estas alturas dudaba que mi caballero hiciera algo mal. —¿La lanza? — Me pregunta él un poco divertido — No es un armamento común, no es muy pesado, pero es largo y aparatoso, no sé si es el ideal para una princesa— Desde hace días que está más calmado, y tenemos este tipo de interacciones… menos formales, más relajadas. —Pero dices que tengo buena puntería, ¿no? — Le pregunto y él asiente. Él camina hasta dónde dejó sus armas. Cuándo se queda un rato viéndome a unos pasos, como si se hubiese parado en seco de repente, parpadeando, pareciera que desconfía de sus propios ojos y yo lo observó atenta. —Mi caballero, ¿sucede algo? — digo con duda. —Mi señora usted... ¿Es consciente de lo que hace? — Me pregunta y hace que ese aleteo dentro de mí, ese instinto casi primitivo, se altere como loco. ¿A qué se refiere? ¿Será que se ha dado cuenta de lo mucho que lo observo, de lo mucho que lo noto? De que mis ojos, se desvían de cualquier cosa, solo por el placer de verlo un poco más. Es posible que él se dé cuenta… de que no tiene rival, ni siquiera la luna puede ganar en una lucha en donde mis ojos deciden qué observar. —Layne.... — —Princesa... desde que te vi, desde que llegué al templo tienes un halo, un aura de una especie de luz fría, un resplandor que nunca había visto— —Permíteme decirte que hablado con otros señores y ellos también lo han notado, es por ello que se arrodillaron ese primer día cuando fuiste a recibirlos— añade él. —Ohhh… suele suceder algunas veces, creo que no, no soy plenamente consciente, quizás cuando estoy emocionada, tengo alguna emoción fuerte… no lo puedo observar, pero por lo que me dicen entiendo qué es eso— explico lo poco que he discutido esto con Sindri. Ha ocurrido en muy pocas ocasiones… pero Sindri me dice que ahora ha sucedido más veces. —Se ha intensificado princesa, es maravilloso— exclama emocionado y se acerca a mí con pasos cautelosos como para hacer que no cambie la situación, como si tuviese cuidado, como si lo que está viendo son pequeñas luciérnagas de luz qué flotan a mi alrededor y él teme, que con sus movimientos, pueda alejarlas. Yo me quedo quieta esperando a ver qué hace y él parece colocar sus dedos a mi alrededor cerca de mi cabello, bajando por mis hombros y mis brazos, observando casi intentando absorber con sus manos la luz o lo que sea que yo esté despidiendo en este preciso momento. Sin tocarme… pero igual siento su calidez, y mi corazón se desborda. Yo que se supone que soy la hija de una diosa… cae a los pies de este hombre maravilloso. Súbitamente, estamos muy cerca, Layne es realmente alto y me saca mucho más de una cabeza, él está inclinado ya no viendo la luz o lo que sea que estuviese intentando tomar o ver, tocar con sus propias manos para ver si es real. Ahora se queda viendo mis ojos y yo a los de él… azul y verde magnífico, uno frente al otro. Tengo mis labios abiertos y ambos estamos en una especie de trance qué esperaría que nunca se acabase. Él abre sus ojos más, sus pupilas se mueven una y otra vez a cada lado de mi rostro. El momento es perfecto, los pájaros están quietos en los árboles, Ónix está persiguiendo algún roedor en algún lugar del prado cercano y yo estoy ahí sola con mi caballero cómo en mis más perfectos sueños. Veo de reojo que su mano se levanta y toma mechones de mi cabello, mientras yo siento que hiperventilo. Pareciera que se va a acercar, a tocar mi cara, a besarme, pero justo en ese preciso momento escuchamos que alguien nos grita. —¡Princesa! ¡Caballero! ¡Hemos recibido un mensaje! — Dice una voz que debe ser de alguno de los soldados, o los demás señores. Abruptamente, como sacados de un sueño, Layne da un paso atrás, casi aturdido con la expresión como si lo acabaron de levantar y estaba perdido en el mundo de la imaginación, y ahora se da cuenta de que estaba mucho más cerca de lo que pensaba de mí. Lo veo cerrar sus ojos y presionar sus párpados, un gesto de contención quizás. Deja las armas cómo está y coloque una mano de mi espalda acercándome hacia él, pero más con un gesto de cuidado. Caminamos hacia el templo y al llegar al estudio vemos qué varios están reunidos. Layne toma la carta que le extiende mi caballero de Miraes y en segundos la lee pasando sus ojos verdes ávidamente por cada una de las letras en tinta. Veo de reojo qué quién la firma es el señor de Miraes. Layne suspira y ve a los demás con desesperación y ahí es cuando me doy cuenta de que todos tienen esa misma expresión, con cierta vergüenza, rabia, y desesperación. Él tiene una mirada fúrica y me da la carta, que es un papel pequeño, simple, tiene el sello del Duque, y leo luego de las formalidades y saludos y bendiciones hacia mi persona, una línea que jamás en mi vida pensé leer, aparece ante mis ojos. El emperador anuncia la muerte de su media hermana, hija de la difunta y traidora esposa del Antiguo emperador, Aurora. La niña no reconocida fue encontrada muerta hace pocos días. Estaba enferma y deforme. Por esos motivos se realizó un funeral interno en el Palacio Imperial de Halia. Se les invita a los nobles a dar sus respetos y a mandar su sincero pésame al emperador por la muerta de su pequeña hermana. Descanse en paz princesa
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Índice
Capítulo 1 El destino Capítulo 2 Abandonada Capítulo 3 La ola llega Capítulo 4 Mi caballero Capítulo 5 Luz de luna Capítulo 6 Compañeros Capítulo 7 Mentiras Capítulo 8 Su nombre Capítulo 9 El bosque Capítulo 10 Mi prima Capítulo 11 Sus pedidos appCapítulo 12 El brindis appCapítulo 13 Amoena appCapítulo 14 Omisión appCapítulo 15 Interrogatorio appCapítulo 16 Solo un caballero appCapítulo 17 Luz appCapítulo 18 Deseos del corazón appCapítulo 19 Estrellas y puntos appCapítulo 20 Despedidas appCapítulo 21 Riesgos appCapítulo 22 Sarassea appCapítulo 23 Pavel iii appCapítulo 24 Los candidatos appCapítulo 25 Un joven rey, un príncipe y un bastardo appCapítulo 26 El rey y su guerrero appCapítulo 27 Pruebas y encuentros appCapítulo 28 La noche y el hombre appCapítulo 29 Deberes y alegrías appCapítulo 30 Verdades y omisiones appCapítulo 31 Los herederos de sarassea appCapítulo 32 Solo para usted appCapítulo 33 Raíces e insectos appCapítulo 34 Las afueras de sarassea appCapítulo 35 Tensa calma appCapítulo 36 Señora de las estrellas appCapítulo 37 Tráeme la noche appCapítulo 38 Bhaltar appCapítulo 39 Montañas e islas appCapítulo 40 Negociaciones appCapítulo 41 Un duque, un conde y un barón appCapítulo 42 Lealtades appCapítulo 43 Una esperanza appCapítulo 44 Sentimientos appCapítulo 45 Tesoros de la noche appCapítulo 46 Última oportunidad appCapítulo 47 Entrega appCapítulo 48 Las tradiciones appCapítulo 49 Nuevos planes appCapítulo 50 La mujer escondida appCapítulo 51 El té de las damas appCapítulo 52 La agenda de la reina appCapítulo 53 Puntos de encuentro appCapítulo 54 No ha existido un día appCapítulo 55 La laguna de la luna appCapítulo 56 Servidores y devotas appCapítulo 57 El esposo más generoso appCapítulo 58 La esposa extranjera appCapítulo 59 Funciones de madrugada appCapítulo 60 El pueblo de radah appCapítulo 61 No me lo puedo perdonar appCapítulo 62 Pudo ser de otra manera appCapítulo 63 Fuerza natural appCapítulo 64 Un juramento appCapítulo 65 Pureza de corazón appCapítulo 66 Control y poder appCapítulo 67 Estos momentos appCapítulo 68 Pudimos haber sido todo appCapítulo 69 Simplemente no podía evitarlo appCapítulo 70 Amistad, lealtad y amor appCapítulo 71 Los prisioneros appCapítulo 72 Aliados cerca appCapítulo 73 Poder y oro appCapítulo 74 Protecciones y sacrificios appCapítulo 75 Constelaciones de vida appCapítulo 76 Tómate tu tiempo appCapítulo 77 Un devoto aliado appCapítulo 78 Castigos y descubrimientos appCapítulo 79 Buscar protegerlos a todos appCapítulo 80 Coronas y damas appCapítulo 81 Los hijos de la luna appCapítulo 82 Reverencias appCapítulo 83 Lo haces mágico appCapítulo 84 El hogar es una persona appCapítulo 85 Dulce tirano appCapítulo 86 Pequeña magia appCapítulo 87 Pañuelos y flores appCapítulo 88 Ataques y amuletos appCapítulo 89 El bosque gobierna appCapítulo 90 Sacrificios y refugio appCapítulo 91 No quería ser una cobarde appCapítulo 92 Más que merecedor de su amor appCapítulo 93 Eres lo que yo necesito appCapítulo 94 Mis hijas appCapítulo 95 El ciclo del sol appCapítulo 96 El misterio de los animales appCapítulo 97 Una bruja appCapítulo 98 Esta y todas las vidas appCapítulo 99 Nadie logra nada solo appCapítulo 100 Un pequeño oasis appCapítulo 101 Mi voz appCapítulo 102 Halia appCapítulo 103 Por todas las razones equivocadas appCapítulo 104 No una reina appCapítulo 105 El palacio imperial appCapítulo 106 Que la luna te perdone appCapítulo 107 Amenazas y huidas appCapítulo 108 Pasillos y luces appCapítulo 109 Una promesa que cumplir appCapítulo 110 Hermanos appCapítulo 111 Sobre todo en los momentos oscuros appCapítulo 112 Tú y solo tú appCapítulo 113 Despertar appCapítulo 114 Guerras y pérdidas appCapítulo 115 Salvaciones appCapítulo 116 No están solos appCapítulo 117 Los caminos de la estrella appCapítulo 118 Hasta el final appCapítulo 119 Poderes del sol appCapítulo 120 Profecías y sacrificios appCapítulo 121 Una corona de estrellas appCapítulo 122 Mi diosa appCapítulo 123 Nuestros momentos juntos appCapítulo 124 Yo quiero tu corazón appCapítulo 125 Señor de la noche appCapítulo 126 Las estrellas no se equivocan appCapítulo 127 Una emperatriz y su caballero appCapítulo 128 Yo robé esa noche appCapítulo 129 Dashi appCapítulo 130 Azaleia appCapítulo 131 Naiara app
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