Capítulo 33 Una perra menos que no me estorba
Luego de una larga conversación con Chris, sobre "cómo me iba a alejar de Erik en cuanto mate al ruso" y lo feliz que él está, me llevó a mi casa - la cual no he visitado en días- a buscar algunas cosas para la función de hoy. Sigilosamente abro la puerta. Evito no salir corriendo al entrar y olfatear tan repugnante olor. Es una mezcla de putrefacción y vómito.
Lo primero que veo es mucha ropa esparcida por toda la pequeña sala. Moscas alrededor de ella la decoran. También me fijo en la pila de platos en el fregadero. La televisión está encendida, pero al parecer la antena no sirve, pues está lluviosa.
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