Capítulo 8 El cordero está en peligro

Un mes después. Hace un mes que Kimberly pasa más tiempo con nosotras, ella es muy divertida, aunque su personalidad no es explícitamente como la nuestra, lo es, a su manera. A veces no paro de pensar que tiene una belleza que la llevaría a ser la reina del mundo, si quisiera, pero no la aprovecha, ella es... Definitivamente ella es la chica para Erik, es virgen, pero sé que le gustará, le encantará. Cuando Erik me comentó que quería una nueva chica la primera que se me vino a la mente fue Verónica de mi clase de geografía, tiene caderas anchas y el cabello negro, lacio y largo, pero no se compara con Kimberly. Es que cuando la vez te da miedo tocarla porque sientes que es una ilusión y que desaparecerá así que la elegí, la elegí para Erik. Me causa mucha gracia cuando Bridgit se esmera tanto en hacerla sentir mal porque sólo es el reflejo de su envidia y su ira al no ser como ella, al tener todo el dinero del mundo y no poder alcanzar semejante belleza. Ahora estoy en mi habitación mirando qué ponerme, luego de unos minutos de pensar opté por un enterizo color blanco, unos tacones del mismo color, me maquille y deje mi cabello suelto. Salgo de mi casa y subo a mi auto rumbo a una de las tantas casas de Erik, tengo una cita para hoy y a él no se le puede fallar. A mediados de media hora llego a mi destino, bajo del auto levantando las gafas de sol y le sonrío al vigilante; es un chico blanco, alto y delgado, es muy guapo y quiere dormir conmigo, pero si no me da la cantidad de dinero que merezco, no habrá nada. —Vengo a ver a Erik —digo algo grotesca. El chico habla por una especie de radio o algo así y dice que puedo pasar. Cuando estoy dispuesta a entrar me toma del brazo. —Sharon yo... Rápidamente me suelto de su agarre. —¡No me toques! —le grito. —Disculpa, yo... —ruedo los ojos. Lo dejo allí y entro a la casa, cuando estoy subiendo las escaleras, veo bajar de éstas a dos chicas en bikini, les doy una mirada de odio y entro a la habitación de Erik. —Estoy aquí —digo al entrar, pero me llevo la sorpresa de ver a Erik desnudo. —Debiste tocar —dice colocándose un bóxer y una bermuda. No siento ni una pizca de pudor con Erik, me ha visto tantas veces desnuda y yo a él, que se ha perdido. —Lo siento, ¿por qué estoy aquí? —Dijiste que traerías a tu amiga y no la veo —dice sirviendo algo de whisky. —¿No crees qué es suficiente con fingir ser su amiga? —contesto sentándome en la cama. —No es suficiente con que finjas, la quiero aquí, ¡Ahora! —me sobresalto al escucharlo gritar, pero eso queda a un lado cuando siento que me levanta de la cama de un jalón. ¡Demonios! Si tan solo él supiera lo difícil que es lidiar con alguien como Kimberly, con sus malditos principios. —Okay, calma, la traeré hoy, en la fiesta de esta noche. No será fácil porque es una niña pura, entregada a unos principios, pero haré hasta lo imposible. Además, su madre es una perra anticuada. Sonríe satisfecho y se acerca muy a mí. —¿Es virgen? —pregunta y su aliento a alcohol pega a mi rostro. —No me lo ha dicho, pero estoy segura que lo es. —Perfecto. Quiero una virgen, la quiero a ella. Frunzo el ceño al escucharlo, ¿quiere una virgen? Pensé que me arriesgaba porque ella es virgen, pero tal parece que quiere el primer hombre en tocar esa florecita. Erik me mira a los ojos y me da un beso en la boca que obviamente acepto, él no es de esos asquerosos jefes gordos y panzones, es fornido y muy sexy. El beso se intensifica y de una forma ruda me lanza a la cama y empieza a besar mi cuello. —Debo irme Erik —digo ya que de alguna forma no quiero tener sexo con él en este estado. —No lo harás —dice besando mi cuello Se levanta y busca unas sogas, me amarra las muñecas a la cama y me empieza a sacar la ropa. Lo que he aprendido con esta gente es que nunca, nunca, le puedes decir que no, a nada. Si se enojan envían a la mierda ese buen trato. Me quita toda la ropa y empieza a mover sus expertos dedos en mi zona íntima, ya he olvidado que hace un rato no quería y solo gemidos salen de mi boca. Luego remplaza los dedos por su boca y cuando estoy a punto de llegar a mi preciado orgasmo, se detiene. —¿Qué? —me levanto disparada, o eso trato ya que las sogas no me lo permiten —Eso te ganas por desobedecerme —contesta. Lo miro con la boca abierta, él se levanta de la cama y con una sonrisa burlona, enciende un cigarrillo. Algo frustrada empiezo a tratar de soltarme, él al verme desesperada me suelta. Me coloco mi ropa y cuando voy a salir su voz me interrumpe. —Espero que te vea pasar por esa puerta con esa chica porque cuando no me dan lo que quiero, hago berrinche y tú sabes que huele a muerto cuando hago berrinche. —Claro —respondo girando para verlo a la cara. —Toma —me tiende un manojo de dinero, la verdad se ve que es mucho. Enseguida mi ánimo se levanta, ¿a quién no con tal regalo?. —Adiós, preciosa. Le guiño el ojo mientras cierro la puerta y me voy. Tiempo después llego a mi casa, encontrándome con las chicas en mi habitación. —¿Dónde estabas? —pregunta Brooke. —Con Erik. —¿Con Erik? ¿Qué hacías allá? —los celos de Bridgit se colocan alerta. —Me llamó porque quería razón de su virgencita y si te lo preguntas, sí tuvimos sexo —le miento. —¡Eres una... —se levanta frustrada de mi cama. —¿Una qué, Bridgit? —la interrumpo—. Erik no te pertenece, él no es de nadie. Se puede follar a la chica que él quiera sin tener que pedirte permiso. Va siendo hora que te lo metas a la cabeza. —Eres mi amiga... —Porque soy tu amiga, lo hago. Además, ¿qué hacen en mi casa? —¿No hay nada para hoy? —habla Brooke—, a eso vinimos. Mi padre salió de la ciudad y mi madre se está follando a su entrenador de pilates así que estoy libre. —Hay una fiesta y es crucial que todo salga bien. —¿Por qué? —pregunta Brooke encendiendo un cigarrillo. —Porque va Kimberly y le tiene que gustar a Erik. Le tiene que encantar. —No creo que eso sea difícil. O sea, ¿a qué hombre no le gustaría Kimberly? —contesta Brooke luego de una calada. —Tampoco es que sea tan bonita. —Es mucho más bonita que tú, Bridgit. ¡Ya deja la puta envidia! El caso es que tiene que ir y ustedes me tienen que ayudar a convencerla. Si todo sale bien, esa chica me hará ganar más dinero del que puedo llegar a imaginar.
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Índice
Capítulo 1 El demonio está vestido de traje Capítulo 2 Miradas penetrantes y sonrisas amigables Capítulo 3 Una presa para el demonio Capítulo 4 Es más que solo popularidad Capítulo 5 La presa y el cazador Capítulo 6 La avaricia que te carcome Capítulo 7 Compras y mentiras Capítulo 8 El cordero está en peligro Capítulo 9 Bajo tierra Capítulo 10 Camino a la boca del lobo Capítulo 11 La horrible sensacón de sentirte traicionada appCapítulo 12 Castigos y encuentros peligrosos appCapítulo 13 Gritos y vasos rotos appCapítulo 14 La agonia de una madre appCapítulo 15 Conociendo el infierno appCapítulo 16 La muerte sí está vestida de negro appCapítulo 17 Propuestas tentadoras appCapítulo 18 Una mujer poderosa appCapítulo 19 Una sensación placentera appCapítulo 20 Todos necesitamos cambios appCapítulo 21 Bikinis y bebidas appCapítulo 22 Miles sensaciones en el camino de rosas appCapítulo 23 Liberación appCapítulo 24 Suya appCapítulo 25 El ruso está cerca appCapítulo 26 La prueba viviente de un mundo distinto appCapítulo 27 Mi nena appCapítulo 28 Extasis, peleas y acción appCapítulo 29 Ya no resisto más appCapítulo 30 Haré lo necesario para que sea solo mía appCapítulo 31 La mejor parte appCapítulo 32 La mejor versión de mí appCapítulo 33 Una perra menos que no me estorba appCapítulo 34 Te veré en el infierno appCapítulo 35 Una sonrisa victoriosa appCapítulo 36 La quiero solo para mí appCapítulo 37 Dos peces grandes appCapítulo 38 Solo es una perra drogadicta appCapítulo 39 Ya no puedo confiar en nadie appCapítulo 40 La traición se paga con sangre appCapítulo 41 No importa lo que piensen de mí appCapítulo 42 He ganado appCapítulo 43 Feliz cumpleaños appCapítulo 44 Deberiamos unirnos para siempre appCapítulo 45 Ya sé que hubieras dicho que no appCapítulo 46 Suya para siempre appCapítulo 47 La tendré de nuevo appCapítulo 48 Un cuchillo justo en el corazón appCapítulo 49 Final appCapítulo 50 Epilogo appCapítulo 51 Capítulo extra appCapítulo 52 Capítulo Especial app
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