Capítulo 258 La encomienda de otros

Bai Yunjin le pidió a Lingling que saliera de la habitación y por un momento, esta última se quedó con la mirada perdida afuera junto a la puerta y con el bulto de ropa aún en sus brazos. Luego, bajó las escaleras sintiéndose confundida y preguntándose si debía deshacerse de aquella prenda o no. En la habitación, Bai Yunjin caminó hacia donde estaba su teléfono mientras sostenía una nota, la cual comparó con el mensaje de texto de Mu Sinian. Miró ambos y verificó los números uno por uno. El nombre era exactamente el mismo que estaba escrito junto a los números que apenas se veían en el pedazo de papel.