Capítulo 102 Drogas ilegales

Bai Yunjin se había quedado profundamente dormida en su asiento y cuando al fin se despertó, los que habían ido a comer a la sala de la cabina antes ya estaban regresando. Guan Nai se había puesto un bonito vestido blanco y estaba descansando con los ojos cerrados en el asiento contiguo al de Bai Yunjin, quien levantó la muñeca para mirar su reloj. Todavía faltaban cuatro horas para llegar a Bali. Mientras pensaba en lo ocupada que iba a estar una vez que aterrizara, se levantó de su asiento con cansancio y se arrastró hasta la cabina del comedor en busca de algo para comer. La cabina del comedor, en la cual ya casi no había gente, estaba bastante tranquila. Una sobrecargo le puso algo de comida delante y Bai Yunjin se tomó su tiempo para comer mientras observaba las nubes que flotaban por la ventana. Las grandes y esponjosas franjas de lo que parecía algodón obstruían la vista de la tierra que estaba debajo de ellas.