Capítulo 274 ¿Puedo quedarme con el cervatillo?
Sentada en la cama cubierta con sábanas blancas, Heidi reunió todas sus fuerzas para abrazar el cuello del cervatillo y exclamó en voz baja: "Quédate aquí, ciervito. Estás herido, así que no deberías correr por ahí".
Jacob sonrió de oreja a oreja cuando vio a su adorable hija actuando como una adulta.
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