Capítulo 37 Por fin novios
Gabriela
Habíamos desayunado en el balcón del apartamento, pedimos una fritanga, arepa e’huevo, carimañolas, deditos de queso, empanadas, buñuelo de maíz, café con leche, jugo de naranja. Estos hombres eran una máquina para devorar comida. Mientras nosotras, en un platico, poníamos unos tres de esas delicias costeñas.
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