Capítulo 24 Solo soy su mejor amiga
Salimos callados, así nos mantuvimos por un largo tiempo. Caminábamos sin rumbo fijo. No pregunté, él se sumergió en sus pensamientos, su mirada se tornaba triste, muy triste. ¿Qué le habrá pasado? Bajé mi escudo y comencé a mandarle energía. Por momentos cerraba los ojos, cada mirada era un agradecimiento. Al cabo de una hora y media, habló.
—Gracias. —fue tan sincero.
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