Capítulo 738 Los cielos están ciegos
Javier Benegas miró a los ojos húmedos de la chica, sus labios delgados se movieron ligeramente, pero no pudo articular una palabra durante mucho tiempo.
Al final, todo lo que pudo hacer fue abrazar a la chica fuertemente en sus brazos, expresando su disculpa, "Lo siento".
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