Capítulo 43 Seguir adelante
Despues de hablar con Max, me trajo a mi habitacion fingí quedarme dormida, para que se marchara, me habia prohibido responder el correo, pero me atormentaba.
La habitación estaba sumida en la penumbra mientras el tenue resplandor de la pantalla de mi teléfono iluminaba mi rostro. El correo electrónico era una presencia ominosa, el enlace entre mi mundo y el oscuro abismo en el que me había arrastrado. Los detalles, cuidadosamente seleccionados, me atacaron como cuchillos afilados. Cada palabra escrita en el correo de "Afveng@gmail*" parecía resonar en mi mente, dejando un eco de terror y desesperación.
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