Capítulo 86 Cuatro de los cinco de Granados
Tras el tratamiento, Jeremías abrió por fin los ojos después de permanecer atrapado en coma durante días. Según el instrumento de monitorización conectado a su cuerpo, los latidos de su corazón y su respiración habían vuelto a la normalidad. Sin embargo, seguía sin poder hablar, ya que parecía que no podía abrir la boca.
—¿Aún no se ha recuperado Don Santana? —preguntó Hernán.
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