Capítulo 318 Espuma negra
Aníbal
Yo estaba desesperado. Envié mensajes a mi manada, pero no respondían, y temí que hubieran sido exterminados, destrozados por los enemigos. Iliana seguía llorando por su compañero, que había caído en ese pozo gigantesco y del que estaba seguro no había sobrevivido. Alfa Simón parecía haber huido, corriendo por su vida, como la rata que sin duda era, y de Pascal, hace rato que no sabía nada.
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