Capítulo 58 ¡Vamos, omega, bájate!
Gina se encontró en la parte trasera de una camioneta, con Helena en el asiento del copiloto y Nick al volante. Sus lágrimas caían en silencio mientras se abrazaba a sí misma, perdida en sus pensamientos. A pesar de que Nick hablaba, su voz parecía distante y apenas lograba penetrar en la neblina mental que la envolvía. No tenía ningún deseo de prestar atención a sus palabras.
El tiempo parecía desvanecerse mientras el vehículo avanzaba. Gina perdió la noción del tiempo, sin poder distinguir si habían pasado minutos u horas desde que aprendió su viaje. Finalmente, sintió cómo el automóvil se detenía con un suave sacudón y percibió el sonido de la puerta del vehículo estando abierta.
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